¿Te has encontrado con la molestia de tener restos de lechada en los azulejos después de una reforma o de un trabajo de bricolaje? La lechada es fundamental para el acabado. Sin embargo, es habitual toparse con la necesidad de retirar los residuos sin dañar la superficie. ¿Sabes cómo quitar restos de lechada de las baldosas? Esta tarea puede resultar complicada, pero no es una misión imposible. Hemos preparado este contenido para mostrarte las mejores técnicas y consejos para dejar tus baldosas impecables.
Qué es la lechada
La lechada es una mezcla de cemento blanco y agua, aunque también puede estar compuesta por otros elementos Se utiliza para rellenar los espacios entre azulejos y baldosas. Su función principal es sellar las juntas que quedan entre las piezas para aportar mayor estabilidad, prevenir la filtración de agua y evitar que se acumule suciedad en los huecos de las baldosas.
Tipos de lechada
Para quitar los restos de lechada en las baldosas, necesitas conocer los diferentes tipos de lechada que existen:
- Lechada de cemento. La más habitual, tanto por su facilidad de aplicación como por ser la más económica. Está constituida por cemento y agua, y en determinados casos se le añade un poco de arena. Se utiliza, sobre todo, en zonas secas, como suelos de interior o áreas cubiertas.
- Lechada impermeabilizada. Se emplea cemento hidrófugo para que las juntas resistan mejor la humedad y la acumulación de agua en terrazas, patios y zonas expuestas a la lluvia o al riego.
- Lechada epoxi. Es más resistente al agua y a las manchas, idónea para baños y cocinas. Su composición incluye resinas epoxi, convirtiéndola en la más duradera pero también en la más difícil de retirar.
- Lechada acrílica. Similar a la de cemento, pero con polímeros acrílicos añadidos, como los aditivos de látex, para dotarla de mayor flexibilidad y adherencia.
Cómo quitar restos de lechada paso a paso
Quitar la lechada en azulejos y baldosas es un trabajo que requiere cuidado y atención especial, especialmente en determinados acabados, a fin de no deteriorar la superficie. Ahondamos ahora en los pasos para suprimirla de manera efectiva. Toma nota.
Herramientas y materiales
Antes de iniciar el proceso de limpieza, asegúrate de tener a mano estos materiales:
- Espátula de goma o rascador de plástico. Para eliminar los restos más grandes sin desgastar la superficie de las baldosas.
- Esponja abrasiva o almohadilla de limpieza. Son indispensables cuando te enfrentas a residuos persistentes.
- Cepillo de cerdas suaves. Ayuda a eliminar la lechada de las juntas sin rayar los azulejos.
- Limpiador de fachadas. Un producto específico para disolver y remover la lechada. Existen diferentes tipos, así que cerciórate de escoger uno que sea adecuado para el tipo de pared que quieres limpiar.
- Vinagre blanco. Una solución natural y eficaz para quitar lechada en azulejos que no están muy sucios.
- Bicarbonato de sodio. Útil cuando lo combinas con vinagre para prescindir de las manchas de lechada en las baldosas.
- Guantes de goma y gafas de seguridad. Para proteger tus manos y ojos mientras llevas a cabo las tareas de limpieza
Pasos para quitar restos de lechada en azulejos
Una vez dispones de todo lo requerido para empezar, prepara la superficie y asegúrate de que está seca y libre de polvo. Si la lechada todavía está fresca, corres el riesgo de eliminar más cantidad de la sobrante, y si hay polvo u otras partículas, puedes desgastar las baldosas. Pasa un cepillo con cuidado para que quede lo más limpia posible.
Utiliza la espátula de goma o el rascador para retirar los restos más grandes de lechada. Realiza movimientos suaves y controlados para no dañar la superficie. En determinados casos, puede que debas aplicar un limpiador que ablande la lechada y facilite retirar las manchas. Sigue las instrucciones del fabricante y deja actuar el producto durante el tiempo recomendado, ni más ni menos, hasta descomponer los residuos y que sea más fácil quitar la lechada en las baldosas.
Válete de una esponja abrasiva y frota la zona hasta eliminar los restos. Asegúrate de no hacer demasiada fuerza, ya que algunos azulejos son muy delicados y puede que se rayen por el exceso de presión.
Si prefieres quitar restos de lechada de forma natural, mezcla vinagre blanco y agua a partes iguales. Administra la mezcla sobre la lechada y deja que actúe unos 15 minutos. Pasado este tiempo, espolvorea bicarbonato de sodio y deja un par de minutos. No te asustes por el efecto que causa la mezcla de vinagre al contacto con el bicarbonato.
Esa efervescencia ablanda por completo la lechada. Cuando veas que ya no burbujea, frota con una esponja. Este método favorece la descomposición de la lechada y facilita la supresión de las manchas persistentes sin recurrir a métodos químicos, en la mayoría de los casos.
Una vez has eliminado los restos de lechada de los azulejos, enjuaga la superficie con un poco de agua limpia, y seca con un paño suave. De este modo, impedirás que queden residuos de limpiador que puedan deteriorar las baldosas a largo plazo.
Consejos adicionales para cuidar azulejos y baldosas
Para que el resultado se mantenga en el tiempo y disfrutes de unos azulejos o baldosas perfectos, recuerda realizar una limpieza regular para que no se acumulen restos y la lechada siga bien. Eso sí, rehúsa utilizar productos abrasivos que pueden dañar la superficie. Emplea solo productos específicos para azulejos.
Para aumentar la resistencia y vida útil de la lechada, considera aplicar un sellador de lechada después de haber eliminado los restos no deseados. Este producto crea una capa protectora que facilita las limpiezas posteriores.
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Después de ver cómo quitar restos de lechada en azulejos sin causar daños en la superficie, puede que te parezca una tarea complicada. Sin embargo, con las herramientas adecuadas y siguiendo los pasos correctos que te hemos facilitado aquí, podrás dejar las juntas impecables sin problema. En ParaTuReforma contamos con todos los materiales y herramientas para garantizar el éxito de este proceso. Consulta nuestra web o contáctanos sin compromiso.