La cerámica, al estar fabricada con materiales compactos y de alta calidad, es completamente resistente al agua y a la humedad. Esto la convierte en una opción ideal para zonas de alto contacto con agua, como cocinas, baños, lavanderías y áreas exteriores cubiertas. La impermeabilidad de la cerámica evita que se deforme, se hinche o se deteriore con el paso del tiempo, lo que asegura que conserve su aspecto y funcionalidad por muchos años. Además, al no absorber la humedad, previene problemas de moho y bacterias en espacios que podrían verse afectados por la humedad.