Gracias a su diseño compacto y expresivo, Hammer ofrece una gran libertad compositiva. Puede instalarse en patrones clásicos como el alineado horizontal o vertical, o en esquemas más dinámicos como el espiga o el trenzado, generando ritmos visuales distintos según la orientación y la combinación de colores. Su presencia funciona tanto en proyectos residenciales —cocinas, baños, recibidores— como en entornos comerciales u hostelería, donde se busca impactar visualmente sin sobrecargar el espacio. Además, puede integrarse fácilmente con materiales como madera, piedra o metales, potenciando su valor decorativo en mezclas eclécticas o contrastes contemporáneos.